Un grupo de personas aparece en Lúcido, un lugar que desconocen y al que no recuerdan haber llegado. La protagonista, Micaela, siente con inmediatez y claridad que no quiere permanecer en ese mundo y decide partir en búsqueda de una salida. Pero Lúcido no es un lugar corriente, la orografía es confusa y dos personajes antagonistas que lo habitan, harán de guías de la protagonista durante toda la aventura con consejos, muchas veces, opuestos. Micaela deberá aprender a decidir por sí misma qué camino seguir para abandonar Lúcido.
La novela está bien estructurada y los personajes tienen la justa cantidad de misterio y personalidad como para facilitarnos tomar bandos desde un principio, lo cual puede jugar en nuestra contra —algo que de lo que la autora es consciente y emplea con ese propósito. El misterio se mantiene correctamente en ese equilibrio que evita el aburrimiento —demasiado misterio y perdemos interés; demasiada aclaración y perdemos las ganas de seguir—, sin embargo las reglas de ese mundo extraño parecen estar claras, dentro de su aparente irrealidad, y nos permiten darle credibilidad.
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