Si no es el libro más caro —admitimos no saber cuánto costó; y no preguntes, no seas vulgar, una dama nunca habla de dinero en Internet—, sí es probablemente la edición más lujosa de un libro en el que solo han participado escritoras.
Estamos hablando de un libro en tapa dura de piel con seda y raso naturales, con piedras preciosas, platino, oro y plata, zafiros y rubíes; y, además, solo existe un ejemplar así en el mundo; y se le regaló a una reina europea; y está guardado en un palacio. Vamos, lo más parecido es nuestra primera edición de Los hijos muertos de Ana María Matute en tapa dura en tela, de segunda mano, del que hay tres mil ejemplares más por ahí y que está guardado en una estantería del Ikea. Igualico, igualico.
La reina española de los belgas
Fabiola de Mora y Aragón (Madrid, 1928 – Bruselas 2014) fue una aristócrata y escritora española que en 1960 contrajo matrimonio (una enfermedad que afectó al 40% de las mujeres en 1960) con Balduino de Bélgica, convirtiéndose así en la Reina Belga —conocida por estos lares como la Reina Española de los Belgas, porque nos hacía sentir importantes.
Para su boda, la escritora Juana Marín decidió elaborar un libro homenaje a esta española que se iba a convertir en reina extranjera; la idea le vino de un columna del poeta Raimundo de los Reyes,1 a quien luego pidió que escribiese el epílogo para el libro.
El proyecto consistía en solicitar a escritoras —y mujeres destacadas en general— que enviasen textos; al mismo tiempo solicitó a dibujantes y pintoras que proporcionasen ilustraciones para acompañar los cuentos y poemas. Hasta el cinco de noviembre de 1960 las participantes podían enviar sus originales, y una contribución mínima de 28 pesetas —hoy equivaldrían a unos 6€ al coste actual. No era necesario ser escritora, tan solo enviar un cuento o poema y se seleccionarían los mejores; esto podría explicar que escritoras como Elisabeth Mulder o Josefina Carabias enviasen obras y no parezcan estar incluidas en el libro final.
Para esta tarea creó la Comisión Organizadora Pro homenaje a Fabiola; coordinada por la propia Juana Marín y completada por Pilar Primo de Rivera, Natalia Figueroa, Julia Maura, Blanca de Arce, Concha Lagos y Sofía Morales.
La cantidad de obras recibida fue inmensa, y se realizó una criba nada despreciable para dar lugar al tomo, de 367 páginas de extensión, lleno de poemas, cuentos, canciones —incluyendo partituras, para las cuales se contó con compositores masculinos— e ilustraciones.
Se costeó con las contribuciones recibidas de participantes y demás donantes y, en gran parte, con fondos de la misma Juana Marín y su marido.
El veintitrés de mayo comenzó la encuadernación, obra de Antonio Valencia, en piel de cabra color esmeralda (vaya color para una cabra) con guardas de seda natural. El estuche que contiene al libro es de la misma piel forrado de raso natural color marfil.
Para rematar la encuadernación y el estuche se llevó a la joyería Villanueva y Laiseca donde le añadieron cantoneras de plata con rubíes sobre oro, el cierre lleva un zafiro, también sobre oro, y en la cubierta tiene una corona real de oro y platino con cinco brillantes, tres esmeraldas —no relacionadas con la cabra—, dos rubíes y cuatro esmaltes;2 los dibujos sobre la piel son de oro y plata y la llavecita es de plata dorada. Así, el uno de junio se terminó la fabricación de este libro y se presentó durante la XX Feria Nacional del Libro en Madrid.
A Fabiola de Mora y Aragón se le habían entregado pruebas del libro antes de su boda, pero la entrega real (¿lo pillas? real, a la reina, real. No esperabas humor de alta calidad ¿eh?) se hizo en Bélgica, en el palacio de Laeken, la nochebuena de 1961. Porque en España somos así, te hacemos el regalo de bodas un año después y para dártelo nos plantamos en el salón de tu casa en plena nochebuena; seguro que encima aprovecharon y se ahorraron el regalo de navidad pero se quedaron a cenar. País somos…
Algunas ilustraciones del libro
Escritoras de cuentos
Pilar Primo de Rivera, Carmen de Icaza, María Luz Morales, Aurora Díaz Plaja, Begoña García Diego, Pilar Narvión, Ana María Gutiérrez Navas, Amparo Parrilla, Mercedes Salisachs, Ángeles Villarta, Mercedes Ballesteros, Esperanza Ruiz Crespo, Josefina Carabias, Dora Sedano, Julia de Cominges y Ayúcar, Gracian Quijano (seudónimo de Francisca Cristina Sáenz de Tejada y Orti), Carmen Martín Olmedo, Concha Linares Becerra, Carmen Troitiño, Carmen Soriano, Josefina Álvarez, María Luisa Vallejo, Ana Bousón, Consuelo Reyes Torrent, Carmen Kurtz, María Luisa Vallejo, Esperanza de la Puerta, Florencia María Ortiz, Pilar Querol, Inés Garcia Escalera, Concha Llorca, Regina Opisso, Matilde Zamanillo, Engracia Alcina de la Torre, María de los Llanos, Dolores Marsán, Rafaela Fisán, María de los Reyes Fúster, Concha García Valenzuela, Josefa Martí, Carmen Barberá, Dora Vázquez, María Teresa Aguado, Josita Hernán, María Dolores de Pedroso, Marie Elene, Tomasita Tenés y Dolores Calvo de Falquina.
Escritoras de poemas y canciones
Juana Marín, Marquesa de Lozoya, Alfonsa de la Torre,3 Araceli Espinosa, Condesa de Gabarda, Luisa Trigo, María del Carmen Silveiro, María Antonia Sanz Cuadrado, Josefina Romo, Dolores Catarinéu, Margarita de Pedroso, Trina Mercader, Carmen Conde, María Cristina de la Cuesta, María Antonia Sanz, María Mira, Querubina Díaz, Carmen Quintero, Susan March, Avelina Pendás de Manjón, Carmen Escalera, Ángeles Escrivá, María Beneyto, María Dolores Cecilia, Montserrat Pujol de Canals, Aurora Betes, Acacia Uceta, Jacinta Pascual, María Teresa Martín de Bernardos, Florinda Rivas, María Zalanova, María Dolores de Armiñana, Ana Inés Bonnin Astrong, Chona Madera, Conchita Puig, Teresa Bofill de Bonet, Felisa Sanz, Pilar González Zoido, Teresa Castellá Valls, María Paz Viloria, Eladia López, Viuda de Cirallé, Aurora Vidal, Roser Matheu, Lilí González Zoido (Piedad González-Castell Zoydo), María Luisa Muñoz de Buendía, Pilar Nogués Roses, Gloria Calvo, Clementina Arderiu, María del Carmen Silveiro, María Isabel Secade.
Ilustradoras
Duquesa de Alba, Carmen Vives, Sofía Morales, Nelina Pistolessi, Memchu Gal, María Reneses, María Beira, María Revenga, Ángeles López Roberts, Mercedes Llimona, Justa Pagés, Magdalena Lerdux, Nola de Virdé, Mercedes Delgado, Condesa de Benavites, Carmen Santonja, Marisa Roesset, Rosario de Velasco, María Boet, Angelita Quesada, Carmen Liquete, Isabel Santaló, Susana Fernández Vallespín, Josefina Colom, María Batlle, María Vendrell, Luisa Valenzuela, Concha Bayle de Villarias, Julia Torre Iglesias, María Beles, Josefina López de Serantes, María Cirici, Nola de Villaré, María García Valenzuela.
Libro de oro para la Reina Fabiola
Muchas figuras literarias realizaron otros homenajes y regalos a la futura reina, y compañera de letras; entre los cuales destaca el nombrarla socia de honor de la Asociación de Escritoras Españolas presidida por Isabel Calvo de Aguilar, acto que esta acompañó con un ejemplar de regalo de su famoso volumen Antología Biográfica de Escritoras Españolas.
¿Cómo es la edición más lujosa que tienes?, ¿tiene piel de oveja color púrpura de Tiro?, ¿azabaches, amatistas y diamantes?
Notas
- El escritor Raimundo de los Reyes (Murcia, 1896-Madrid, 1964) tenía una columna en el diario Ya —El oso y el madroño—, que firmaba como Hilarión. Con motivo de la boda de Fabiola y Balduino, recordó en su columna cómo varios poetas españoles habían entregado poemas a la futura reina de España María Cristina de Habsburgo en su enlace con Alfonso XII. Esta columna fue la que dio la idea a Juana Marín para regalar a Fabiola de Mora un libro con textos de escritoras españolas.
- Por ser de la joyería que son, una de las más famosas de Madrid, aún existente, creemos que las piedras preciosas eran genuinas. Lo comentamos porque ese mismo año el dictador Franco, según consejo de su esposa, regaló a la reina Fabiola una tiara. Y siendo un regalo salido de El Pardo, se lío parda (el humor no baja de nivel aquí ¿has visto?). La tiara había pertenecido a la familia Medinaceli y había estado guardada en un convento; parece ser que las monjas, durante las vacas flacas, habían ido vendiendo los rubíes uno a uno, sustituyéndolos por imitaciones de cristal. Los Franco y sus inestimables y sabios asesores ni se dieron cuenta; los belgas: sí. Después de quedar mal —o igual, Fabiola era española, y a una buena española no le asusta una buena chapuza—, los de Franco se comprometieron a pagar las joyas nuevas, a través de otra joyería madrileña. La tiara dio mucho de sí, porque Fabiola la usó de muchas maneras a lo largo de los años.
- La poeta Alfonsa de la Torre (1915-1993) regaló además, a título personal, un poemario para la novios. Epitalamio a Fabiola. Madrid: Estades, 1960. 12pp. En una edición limitada de 2 ejemplares para la pareja de futuros monarcas, 25 para Fabiola y 25 para la autora.