No te vamos a decir que la labor de las mujeres en la cultura está infravalorada, has ido ninguneada y ahora mismo, aunque no prohibida como en otras épocas, está invisibilizada. Sí, claro, que si las escritoras venden más —que no es cierto—, que si ganan más premios —no es cierto tampoco—, que si publican más libros —falso también—, que si en el mundo literario hay igualdad —venga, vamos.
No te lo vamos a decir, porque para eso se ha molestado
De manera amena repasa, no solo la escritura, sino las maneras de leer, su importancia y el poder que significó, y significa, la lectura para las mujeres. Se para también para hablarnos de algunas autoras señaladas —de
Nos lleva por la lectura, la escritura o incluso la edición en femenino, para dar una visión completa de todos los temas que afectan a la literatura y termina proponiendo ideas sobre cómo mejorar estas injusticias: el reestudio de la literatura escrita por mujeres o la revisión del canón.
Un libro, casi manual, con el que podrás hacerte una idea global de ese problema que ha sido siempre el acceso de las mujeres a las letras, que ha ido mejorando pero que no parece haberse resuelto del todo.