La elección de la primera persona en la narrativa suele plantear dificultades a quien la escribe, pero también a quien la lee; un personaje protagonista no será nunca un narrador fiable, su visión de la realidad es limitada y subjetiva, cuando lees una obra narrada de esta manera tienes que tomar la decisión de si creer siempre lo que dice el personaje.
Relojes muertos es un ejemplo perfecto de este dilema. Gonzalo, el protagonista, tiene problemas para entender lo que le está ocurriendo. Tras pasar una temporada hospitalizado, volverá a su vida intentando encajar con normalidad en su antiguo entorno. En su retorno, comenzará a luchar consigo mismo para intentar dilucidar qué es real y qué no de las cosas que oye o ve; bien sea formando el puzle de su vida anterior, o componiendo su nueva realidad con Ángela, a quien conoció durante su estancia en el hospital.
Mientras Gonzalo navega por un mundo que a veces se le antoja extraño, con sus momentos de dudas y lucidez, la fluidez del texto nos hace partícipes de su angustia y su desconcierto. Para que sea así, para que la lectura contagie el ambiente y la sensaciones descritas, hace falta tener un buen dominio del ritmo narrativo y saber cuándo tirar y cuándo aflojar; algo que la autora demuestra con creces en esta novela.
Acércate a esta novela sin pensar ni mirar mucho su trama, permítete aprender con el protagonista qué ocurre, qué siente y hacia dónde debe ir.
Eva María Medina publica su primera novela, una obra que no es de las más fáciles, algo que le pasa a la buena literatura muchas veces, y que sorprende por la solidez de su narrativa, la elección del tema y el tratamiento.
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Voto por este libro genial.
Voto por Relojes Muertos.
mi voto también para este libro, está de categoría!
También para este libro mi voto, de categoría está!