Solemos recomendar libros por el género literario, la trama, la autora, pero en esta ocasión vamos a recomendarte Lo que no aprendí de la escritora colombiana Margarita García Robayo, por su protagonista.
Esta novela, publicada en 2013 en Argentina, donde reside la autora, llega a España de la mano de la editorial Malpaso, en una de sus bonitas ediciones, y nos permite leer esta historia en la que se mezcla la ficción con la autobiografía de manera indescifrable, porque, y es la tesis de esta preciosa novela, toda la memoria es subjetiva y está recreada por nuestra imaginación.
La niña protagonista, Caty, tiene unos once años en la primera parte de la novela, y si esperamos aquí una novela de aprendizaje en el mejor sentido del más tradicional bildungsroman (esta frase es para que se nos noten los estudios, que fueron caros) nos vamos a encontrar con que la pobre Catalina no consigue aprender mucho; aunque ella se esfuerza, no se lo ponen fácil. Intentando comprender a su familia, la niña aprenderá, si cabe, que a los parientes se les come como vienen, los entiendas o no, y tu nivel de comprensión llegará hasta donde los otros te lo permitan.
Catalina está deseando saber por qué su padre «a veces se muere», y porque sus clientes son más bien «pacientes», mientras debe permanecer atenta a las iras de su madre y la indiferencia de sus hermanas. Lo que Caty vive, oye y aprende, definirá quién es en el futuro y cómo recuerda el pasado, algo sobre lo que la propia Catalina escribirá en la segunda parte de la novela, en la que la autora metaficciona (sí, presumiendo de vocabulario otra vez) y nos habla de la ficción de nuestros recuerdos.
La segunda parte de la novela puede llegar a hacernos dudar de la narración de la protagonista hasta el punto de hacernos reflexionar sobre cuánto de lo que recordamos de nuestra infancia es real, y cuánto es una narrativa formada por nuestros recuerdos, grabados desde un prisma infantil, y la capacidad de nuestro cerebro para rellenar los vacíos memorísticos; según las neurociencias la respuesta es: mucho; nuestros recuerdos se generan en vivo y en directo cuando los recordamos. En otras palabras: todo el mundo escribe sus memorias 😉 .
Margarita García Robayo narra con una naturalidad y soltura envidiables; el registro de la niña está más que logrado, desestimando el cliché literario en el que en las novelas todo ser pre-pubescente parece tener el mismo desarrollo psicológico (6 años normalmente) y se comporta como un caramelo con voz.
Una novela que no te debes perder, es de lo mejor que se publicó en el 2014, y que queremos que leas para que dejes que la autora te presente a Caty, un personaje que tienes que conocer.
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