Los gatos se cuentan entre ese conjunto de los animales con los que más convivimos los humanos:, de los mamíferos son, junto a los perros, las mascotas preferidas de la gente pero, a diferencia de estos, los gatos están a medio camino entre un animal dócil, domesticado, y uno salvaje con el que meramente compartimos un espacio. Esta es la razón principal por la que tienen mala fama entre mucha gente que, comparándolos inconscientemente con los perros, los consideran animales falsos, altivos y comentan su independencia con desprecio.
Paloma Díaz-Mas tenía una gata, Tris-Tras, una mascota que dejaba huella con su presencia, pero dejó quizás más en su ausencia. Su muerte es el detonante de esta narración que habla de nuestra adaptabilidad, de cómo variamos nuestras costumbres, espacios y personalidad a la compañía de un ser que, a pesar su fama de autosuficiente, precisa de nosotros para su manutención y disfruta, y demanda, nuestra compañía. En este sentido carece de importancia si este libro habla de gatos, niños, o personas mayores. Las reflexiones que nos vamos a encontrar son aplicables a cualquier relación de dependencia, y a nuestra manera de acostumbrarnos al otro.
Comprobamos, de paso, cuán rutinaria es nuestra vida y hasta qué punto somos nosotros mismos animales de costumbres. Difícil hacer las cosas cada vez de una manera, porque estamos acostumbrados a obrar de forma mecánica, acomodados en nuestra rutinas.
Si el que los gatos sean o no los protagonistas de esta obra es irrelevante para su disfrute, las disquisiciones de la autora podrían serlo también, porque si algo destaca en la lectura es el deleite de la prosa de Paloma Díaz-Mas que, una vez más, como en todas sus obras, destaca por su fluidez y belleza a partes iguales. Para sumar a esa narrativa hay un par de elementos extraliterarios que deberíamos tener en cuenta: el primero es que este libro es extensión breve; y el segundo es que es un libro encuadernado en tapa dura en formato de tamaño mediano, tirando a pequeño; es, como dice la contraportada: «una joya para cualquier buen lector», y no miente. Sinceramente, todas estas características físicas en otro libro no serán tan salientables, pero tratándose de un texto como el que alberga, convierten este sucinto tratado de comportamiento felino, de comportamiento humano, en uno de esos libros que atesorarás como lo que es: una joyita literaria.
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