Mis alas por un beso está categorizada como una novela de género romántico sobrenatural, un género normalmente, y recientemente, adscrito a la literatura juvenil. Es importante saber este detalle porque si no nos lo comentan simplemente disfrutaríamos esta historia como una novela más, porque la verdad es que Marta Conejo ha sabido dosificar el aspecto romántico, el aspecto sobrenatural, y el juvenil de manera que ninguno se sobrepone al otro.
Alex se ha convertido en un ángel, tiene alas y obviamente no es el único ángel que existe, así se verá arropado por otros como él, que le enseñarán a adaptarse a su nueva condición, en esta etapa en la que debe desmarcarse de la gente que perteneció a su vida humana; sin embargo Alex no se verá capacitado para dejar atrás a Clara, en contra de lo que inicialmente le aconsejan.
En medio de este dilema, junto a sus nuevos compañeros, descubrirá una amenaza para los de su género que le obligará a investigar y desvelar varios misterios poniendo la supervivencia de los que quiere en peligro.
Sin caer en tópicos del género encontraremos personajes cuyas relaciones están bien perfiladas, inmersos en una trama que más que sobrenatural es creíble en tanto en cuanto se ven reflejadas en los protagonistas de la historia, las mismas virtudes y defectos que cualquier personaje desplegaría en un relato realista.
Independientemente de su trama o de si atraerá más a la gente joven o no, Mis alas por un beso está bien escrita. Marta Conejo se muestra como buena conocedora del género y, sobre todo, buena narradora. Un estructura sólida, una narración con los toques necesarios para mantener el interés de la lectura, y una prosa libre de problemas hacen que esta novela destaque por encima de otras con las que se la cataloga. El universo bien construido, la falta de clichés y errores típicos de una novela juvenil, y además opera prima, demuestran que sea en el género que sea, Marta Conejo será una sólida narradora en sus próximas incursiones.
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