Se publica por primera vez en Argentina el libro Tres por cinco, de Luisa Valenzuela, editado originalmente en España en 2008.
Luisa Valenzuela, una de las voces más importantes y profundas de la literatura latinoamericana, ofrece en este libro de Páginas de Espuma en Argentina, quince cuentos “escritos a lo largo de años, como momentos de lucidez entre novelas, viajes, ensayos, conferencias y la vida en general”.
Más cerca del mito que de la anécdota, con un manejo impecable de la técnica narrativa, los textos de Tres por cinco atrapan por sus pinceladas de belleza e invitan al lector –desde un museo, una iglesia aborigen o una cancha de fútbol– a perderse en la inmensidad.
Con una escritura lúdica, violenta, furiosa o testimonial, cada uno de los textos (agrupados en cinco series de tres) ahonda en la complejidad de los personajes, desde un sexagenario que quiere permanecer joven hasta una mujer a la que el diablo le ofrece convertirla en varón por un día para que escriba la experiencia.
Como factor de unidad, a lo largo de todo el libro aparecen máscaras y los tiempos se cruzan para abrazar la eternidad.
Luisa Valenzuela nació en Buenos Aires, donde hoy reside, aunque pasó largos años radicada en Francia, España, México y Estados Unidos. Se desempeñó como periodista en La Nación y Crisis, entre otros medios. Publicó siete novelas, a las que se suma por estos días El mañana (Seix Barral), varios libros de ensayos y una decena de libros de cuento. Recibió numerosos premios y reconocimientos, además de las prestigiosas becas Fullbright y Guggenheim. Su obra ha sido traducida a distintos idiomas y cuenta con la admiración de autores como Julio Cortázar, Susan Sontag o Carlos Fuentes.
«Los libros de Luisa Valenzuela son nuestro presente, pero contienen también mucho de nuestro futuro«. Julio Cortázar.
«Desde hace por lo menos un cuarto de siglo, la obra literaria iniciada por Luisa Valenzuela no cesa de producir lecturas críticas, traducciones y elogios en el exterior, mientras en la Argentina goza de la oblicua indiferencia que suele dedicarse a los profetas nativos«. Guillermo Saavedra.