La escritora y periodista mexicana Lydia Cacho (Ribeiro, México, 1963) ha obtenido hoy el I Premio Internacional de Periodismo Manu Leguineche, por su trabajo de investigación y denuncia de las violaciones de los derechos humanos y explotación sexual de mujeres y niños. El jurado ha valorado su capacidad para ejercer el periodismo “de una forma valiente y decidida, en un contexto de hostigamiento promovido en algunos casos por instituciones oficiales”.
El galardón está convocado de manera conjunta por la Diputación de Guadalajara y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), en colaboración con la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y la Asociación de Periodistas Europeos (APE).
El coordinador del premio y vicepresidente la FAPE, Nemesio Rodríguez, ha subrayado el perfil periodístico de Lydia Cacho, de cual ha dicho que encarna a la perfección la esencia de este premio. Rodríguez ha lamentado asimismo que ese tipo de periodismo, el de “ir a cualquier parte para buscar la verdad y contarla”, se encuentra actualmente en retroceso por la reticencia de las empresas a asumir sus elevados costes. “Este premio es una llamada a la esperanza para continuar con esa forma de hacer las cosas”, ha dicho.
En la elección de la galardonada también se ha tenido en cuenta la condición de freelance de Lydia Cacho, profesional que ejerce su labor sin el respaldo económico de un medio de comunicación.
Lydia Cacho (Ribeiro, México, 1963) ha destacado por ser autora de varias obras de gran impacto social, sobre todo, en el ámbito del activismo por los derechos humanos. Ha promovido cursos y talleres de desarrollo humano para mujeres y jóvenes. Desde el año 2000 trabaja como consultora especialista en temas de derechos humanos y salud de las mujeres para la Agencia de las Naciones Unidas de la Mujer (UNIFEM), con sede en Nueva York.
La periodista mexicana saltó a la luz pública por una denuncia penal en su contra, presentada por un supuesto delito de difamación por el empresario libanés Kamel Nacif Borge, implicado en la trama de pederastia que la periodista reveló en el libro Los demonios del Edén (Grijalbo, 2005).
La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y la FAPE le concedieron en 2008 sendos carnés de asociada: el 7.038 y el 26.397, respectivamente. Esos números acreditan la condición de periodista que los poderosos han querido arrebatarle haciendo uso de métodos legales e ilegales. “Para mi país, decir la verdad es delito”, ilustra la galardonada.
Es autora de ocho libros y ha sido galardonada con otros importantes premios internacionales de periodismo y de derechos humanos, como el Premio Mundial de la UNESCO a la libertad de prensa y distinciones de organizaciones como Amnistía Internacional. Fue directora de la revista Esta boca es mía: apuntes de equidad y género y conductora del programa Esta boca es mía. En la actualidad es columnista del diario El Universal y colabora con multitud de medios latinoamericanos y europeos.
Su último trabajo lleva por título Las esclavas del poder (Debate, 2010), una investigación de las redes de prostitución que someten a niñas y mujeres en todo el mundo.
Lydia Cacho es la fundadora del Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM), en Cancún, dedicado a atender a mujeres, niños y niñas, víctimas de violencia de género y explotación sexual, y es responsable de la Fundación Lydia Cacho, una organización independiente y sin ánimo de lucro que ofrece apoyo y protección a personas perseguidas por su trabajo de denuncia de la corrupción y a favor de los derechos humanos.
Es un gran paso…