Poco se sabe con certeza de la biografía de esta escritora. Gracias a las investigaciones de Donatella Gagliardi podemos situar su fecha nacimiento entre 1501 y 1504 en Valladolid. Era una mujer acomodada que tras enviudar de su primer marido, el escribano Cristobal de Luzón —con el que no parece haber tenido descendencia— en 1528, se casó, alrededor de 1534, con Juan Torres de Gatos, bachiller vallisoletano y relator de la Real Audiencia; con él tendrá a su única hija, Juana de Gatos. En 1536, Beatriz Bernal vuelve a enviudar.

En 1537 se solicita en su nombre la licencia de impresión al Consejo Real de su «Historia de los invitos y magnánimos cavalleros don Cristalián de España príncipe de Trapisonda y del infante Luzescanio su hermano, hijos del famosíssimo emperador Lindedel de Trapisonda» —también conocida como Don Cristalián de España— pero, tras algunas dilaciones, no se publicará hasta 1545. En su primera edición la novela de caballerías no va firmada por la autora, se atribuye a una «señora natural de la noble y mas leal villa de Valladolid». Será en la reedición de 1587 cuando ya la portada diga «por doña Beatriz Bernal, natural de la muy noble villa de Valladolid».

No hay muchos datos sobre la recepción de la obra en su momento, pero desde luego no pasó desapercibida; es posible que Cervantes la conociese, obra, personajes y autora son mencionados en varios textos de la época, y parece que el personaje de Cristalián fue algo conocido en el siglo. Como era costumbre en la época, se traduce al italiano y se publica en dos ocasiones (1558 y 1609).

El mérito de que se trate de la primera mujer en publicar una novela, que pertenezca al género de caballerías y que se trate de una mujer escribiendo y publicando en el siglo XVI, es indiscutible, y convierte a Beatriz Bernal, probablemente, en la escritora más gravemente olvidada.

Las dos fechas para aproximar una datación de su muerte son el 13 de junio de 1562, en el que dicta su testamento —documento que se conserva—, y 1584 año en el que ya está muerta porque así lo atestigua su hija al solicitar, por encontrarse en precariedad económica, la reimpresión de la única novela de su madre. Está enterrada en la iglesia del monasterio de Sant Pablo de Valladolid.