Para los tres protagonistas, cada día era una bebida burbujeante y agridulce, un calvario lleno de chistes y de pájaros y a veces de un placer incomprensible.
Paula posee todos los defectos propios de una iluminada con el grado exacto de depravación y de desamparo. Gustavo es ligón, narigudo y estudioso: adora el sol, los mendigos y las tenderas. Anatol es bajito y se llama Pepe y, como todos sus amigos en Santiago, quiere ser escritor.