Las sesenta y siete cartas que forman este epistolario pueden leerse, según Ana Rodríguez Fischer, como una novela en la que se funde una doble trama vital: de un lado, la historia de una joven de dieciocho años, Ana María Moix, que tras leer Teresa decide escribir a su autora, convencida de que «una conversación atenta con usted es de las que cambia, o mejor, da sentido a unas inquietudes y las encamina»; del otro, el pensamiento de una mujer exiliada en Brasil, Rosa Chacel, que encuentra a una interlocutora lo suficientemente estimulante para hacerle trocar su soliloquio en diálogo, a pesar del enorme océano que las separa. ‹‹Crónica espiritual de dos generaciones separadas por el mar y el tiempo, pero unidas por un amor absoluto por la literatura››, en palabras de Marcos Ordóñez.