Algunas nos han legado la nostalgia de un glamour irrepetible. Otras se vieron interrumpidas por el sonido fatal de unos disparos o concluyeron con un clamoroso escándalo. Las hubo radiantes y originales, desenfrenadas y kitsch. Pero todas, por un motivo u otro, han entrado a formar parte de la leyenda del siglo XX.
Son las grandes fiestas que hicieron historia.